"¿Cuál le gusta, seño?" o "¿Qué busca, seño? son las frases más repetidas por los artesanos y comerciantes de Antigua Guatemala, junto con el "Pase adelante", por supuesto. "Pase adelante" en un puesto de mercadillo, así que es imposible pasar a ningún sitio... Es un decir. En cuanto al "seño", encuentro que es una manera ingeniosa de no tener que decidir entre señora y señorita. Sin saberlo, los guatemaltecos han terminado con la polémica de tener que determinar si una mujer está casada o es soltera cuando se dirigen a ella. Seguramente ellos lo hacen por ahorrar tiempo y energía. Con la de veces que lo repiten al día, lo entiendo. Nosotros hemos estado tres días seguidos recorriendo el mercadillo de cabo a rabo y lo oyes a cada paso. Lo que pasa es que los que saben inglés te hablan en inglés. Ya lo había dicho en alguna otra ocasión, pero reiteraré que no nos consideran españoles a primera vista. Y aún cuando empezamos a hablar en castellano, muchos nos preguntan de dónde somos, o dónde hemos aprendido español.
Pero los españoles se ve que tenemos características que los artesanos saben identificar. Somos los que más regateamos, hasta el punto de regatear en las tiendas. A una artesana le compramos un par de cosas bajando a la mitad el precio que nos había dicho al principio y luego la entrevistamos para nuestro estudio. Nos dijo que por el estuche que nos había vendido a 10 quetzales, ella ganaba 1Q, es decir, que le costaba 9Q. Hay márgenes peores, pero en valor absoluto es una miseria, menos de 10 céntimos de euro. Espero que tuviera varias ventas ese día, porque con la nuestra no iba a ninguna parte.
Los que no vamos a ninguna parte en "coche" en Guatemala somos todos. Descubrí el sábado gracias a Don Lionel que la frase "vinimos en coche" es bien graciosa aquí, dado que "coche" significa "cerdo". Hay que decir "vinimos en carro" o puede que rían mucho de ti. Aunque de momento parece que nos entienden y que no somos el hazmerreír del país. Con Don Lionel, el guía de la caminata del Volcán Pacaya, aprendimos mucho. Era el Lionel Messi del volcán, como diría mi hermano. Y el padre de la zona. Tenía de alguna manera apadrinados a todos los niños del lugar. Los obliga a ir al colegio y les enseña a montar a caballo. Y ellos son los "taxistas" para los turistas que no pueden con su alma en la subida al volcán. Los taxis son los caballos, se entiende. Niños y caballos van siguiéndote en la subida para cuando te rindas y decidas que o te suben o te quedas allí. Nosotros tres pudimos, no nos rendimos. "Somos jóvenes". Don Lionel nos explicó un montón de cosas, tipo que tiene un conocido que es policía corrupto y que con pasar por alto dos quilos de cocaína, los narcos le pagaron tanto que le dio para comprar seis casas. No está muy mal el negocio, parece ser. Don Lionel también nos contó que la zona del volcán ahora es tranquila, pero que solían haber "bandidos" que asaltaban a los turistas y que los grupos tenían que subir con policías y que los mismos guías llevaban metralletas. Él mismo había disparado a los delincuentes, aunque no había matado nunca a ninguno. La ciudad sin ley, vaya.
Sin embargo, las metralletas siguen presentes hoy por hoy por todas partes. En los bancos hay varios vigilantes con metralletas. Muy educados, los vigilantes, pero muy armados. Hoy, en nuestra vuelta a casa en "chicken bus", menos pintoresca que el fin de semana pasado (hay que admitirlo), donde lo más impactante ha sido el "chillón" colgado de la escalerilla que hay detrás del bus (para quien haya visto Crepúsculo, me ha recordado al hermano de Edward, Emmett, enganchándose a la camioneta de Bella), hoy, decía, hemos visto a un vigilante armado en una pastelería. Parece que es lo normal. Y los pasteles son muy valiosos, lo entiendo.
Mis compañeros dicen que podría ser peligroso, que podría haber cizaña en la salida, pero yo quiero ir a un mítin político aquí. Estamos en plena campaña y me gustaría ver si las promesas electorales son aún más irreales que en España. Aquí, por cierto, esto de las elecciones se lo toman muy en serio. Subiendo hacia el Volcán Pacaya vimos un pueblo invadido por simpatizantes del partido de la ex-mujer del presidente, Sandra Torres. Costó mucho cruzar el pueblo con el bus. Todos llevaban camisetas y banderas, con el lema "Sandra ¡sí cumple!". La ley electoral, se entiende, por supuesto. Pero parece ser que las elecciones están entre el Partido Patriota (foto de abajo, en el Lago Atitlán) y CREO (ya había hablado de este partido antes). Eso nos dijo nuestro compañero de Innova, Angel, pero yo ya lo había intuido: puede que sea porque tengo un gran intuición o porque estos dos partidos tienen nombres más impactantes y probablemente hacen más publicidad. Una de dos.
El viaje de Antigua al volcán fue bastante surrealista en cuanto a la seguridad vial. Sé que es un tema muy recurrente últimamente, pero es que no paro de quedarme sin palabras cuando veo semejantes imprudencias. En carreteras de montaña, con líneas continuas y sin visibilidad alguna se ponen a adelantar, y no importa de quién se trate. Coches, autobuses, camiones, todos adelantan. Y por supuesto se encuentran a quien viene de frente. Entonces puede que frenen y se metan de nuevo en su carril o que no tengan sitio y pasen por en medio del vehículo al cual están adelantando y del que viene en sentido contrario, que se han abierto al máximo. Y ningún problema, esto pasa constantemente, y nadie se enfada, nadie pita.
De hecho, en Antigua no está permitido pitar (aunque hemos visto que se saltan la norma). Como dijo Nacho: "Antigua es una 'turistada'". Hay personajes como un predicador en traje y corbata que predica delante del mercado. Hemos apuntado algunas de sus contribuciones a la sabiduría popular: "Pídale perdón a Dios. Hay misericordia para el hombre y la mujer. Dígale al Señor: 'Soy pecador'. Reconcíliese, Dios está llamando al pecador, Dios no quiere la muerte del pecador". Me pregunto si chillar esto delante de La Boquería en Barcelona sería considerado como alteración del orden público.
Pero Antigua es bonita, tranquila y muy preparada para los turistas. También es un oasis para los guatemaltecos de clase alta. Descubrimos un lugar perfecto para desayunar, donde te ponen "jugo" (zumo) natural, tostadas con "jalea" (mermelada) y "ensalada" (macedonia) de frutas, y además te recomiendan buenos sitios para ir a cenar. Fuimos a "El cazador italiano", tal y como nos recomendó la dueña del sitio del desayuno, y comimos la mejor pizza que habíamos probado en muchos años. Allí se reunía la "beautiful people" (clase alta) de la zona. Es curioso porque ya de imagen son mucho más como los de las telenovelas venezolanas o mejicanas. Son más blancos de piel y muchos podrían pasar por europeos si no fuera porque se les nota al hablar que son de allí. Eso sí, si han estudiado en América, dicen la mitad de palabras en inglés. Estábamos seguros que era un punto de encuentro de narcotraficantes. Antigua, clase alta y restaurante italiano, demasiados componentes sospechosos juntos. Intentamos descubrir algún narco por allí, pero si había alguno no supimos desenmascararlo.
Yo sigo pensando que un mítin político cualquiera es menos peligroso que estar en ese tipo de lugares. Pero ya lo veremos, no lo podremos decir hasta que no vayamos a alguno. Esto de las elecciones guatemaltecas está empezando a engancharme. Lástima que sean el 11 de setiembre (también es casualidad) y ya no estaremos aquí. Las seguiremos a distancia, eso seguro.