viernes, 12 de agosto de 2011

Vacaciones merecidas


Os escribo sentada al lado de una ventana desde la cual se ve el mar Caribe. Ahora ya estamos en Belice. Llegamos ayer después de visitar Flores, Tikal y un duro viaje en bus.

Nuestro fin de semana empezó en Flores donde Lidia y yo teníamos que hacer algunas últimas entrevistas a turistas para completar nuestro trabajo. El jueves por la mañana fuimos a Tikal. Es un lugar mágico, es precioso. Nos despertamos a las 4 de la mañana pero valió la pena. Al llegar a Tikal nos dejaron 20 minutos para almorzar algo y nos  pusimos en marcha. Tuvimos la suerte de ver muchos animalitos como una tarántula o una boa. A medida que pasaban las horas el sueño iba pudiendo conmigo y hubieron un par de veces que me quedé dormida mientras el guía explicaba cosas interesantes, una pena… No debe obviarse el calor que hacía que era horroroso. No paramos de sudar desde el primer momento.

Cuando volvimos a Flores otra vez lo primero que hicimos fue darnos una ducha de agua helada para volver a ser personas y luego ir a comer. Todo fue genial. Después de una buena siesta nos fuimos a bañar al lago. Para los que me conocen. No, no me he vuelto loca. Yo no me bañé pero hice unas fotos preciosas que creo que Lidia colgará en el blog y el resto las colgaré al llegar a casa en el facebook.

Al día siguiente pronto por la mañana agarramos el bus a Belice. El viaje ya no empezó con buen pie cuando el conductor se enfadó porque no volvíamos con su compañía de buses. Me hizo enseñarle hasta nuestros pasajes de vuelta. Un descarado y un grosero. Será que en este país no hay libertad de elección!! Más adelante tuvimos que cruzar la frontera. Como no, esto también fue un show. Hay que bajarse del autobús. Ir a que te sellen el pasaporte. Cruzar la frontera a pie. Entrar en las oficinas de Belice donde te sellan otra vez el pasaporte. Salir y esperar hasta que el bus aparece. Esto es lo que pasa normalmente pero nosotros tuvimos que esperar como 30 minutos más porque a unos chicos no les dejaban pasar.

Al llegar a Belice el protagonista fue Nacho. Nuestro querido Nacho que ve que el conductor está descargando mi maleta por equivocación y se la está dando a otra persona y en vez de decirle "perdone se está equivocando esa maleta es de mi compañera". No! Él prefiere troncharse de risa hasta que me doy cuenta. Lo mismo que ha hecho hoy con Lidia. Que estaba tumbada tomando el sol en San Pedro, un cayo precioso, y un perro le ha venido a olisquear la cabeza y Nacho en vez de ahuyentar  al perro a preferido partirse de risa otra vez. Ya le hemos dicho que se prepare que estas se las guardamos. Que su madre no se preocupe que lo seguiremos cuidando igual de bien. Ah! Y yo soy la del pelo rizado de las fotos, menudo ojo!

Un besito a todos 

3 comentarios:

  1. ¡Esas fooootooooosssss!

    ResponderEliminar
  2. Menuda experiencia! totalmente de acuerdo con los gritos de los monos al estilo Jurassic Park!! nosotras emprendemos viaje a Río Dulce - Livingston - Belice este jueves! os pediremos consejo ;) un besazo!

    Fátima

    ResponderEliminar