miércoles, 17 de agosto de 2011

Río Dulce

Un viaje surrealista más nos llevaría de Belice a Río Dulce en nuestro tramo final de viaje por tierras centroamericanas. Esta vez en transporte privado. A las 11h bajamos puntuales al hall del hotel, donde preguntamos dónde estaba nuestro chófer. La recepcionista nos indicó una mujer con un niño en brazos. Pensé que era la primera vez que veía una madre con su bebé "manejando" en un viaje de más de 7h. "Aquí todo es posible", pensé. Pero esta sensación acabó rápido, porque al lado del Chrysler Voyager esperaba el que parecía que era su marido y el conductor. Al montarnos al vehículo le preguntamos que cuánto tiempo se tardaba en llegar a Río Dulce, más por entablar conversación que por otra cosa, porque ya nos habían dicho que eran unas 7h30min. La expresión de duda a través del espejo retrovisor no me causó buena impresión... Pero este sentimiento también acabó rápido: "Yo sólo les llevo hasta la frontera". De acuerdo, así es normal que no lo sepa. Así que tendremos cambio de transporte. Pues vale.

Pero antes pasamos por la frontera. Cuando entras a Belice, todo bien. Pero a la que sales tienes que pagar casi 20 dólares, y en la entrada a Guatemala otros tantos. Qué bien. Encontramos a nuestro nuevo chófer rápidamente, también acompañado de su hijo, aunque este ya era un adolescente, vestido con la camiseta de la selección española, por cierto. Fácil entablar conversación, por lo tanto. Jugador preferido: David Villa. De hecho, su peinado tenía un cierto aire al astro blaugrana. Pero aún faltaría descubrir el verdadero hobbie de su padre: la música maya. El surrealismo máximo llegó en el momento en que Don Luis se puso a "cantar" la canción, si es que se puede llamar canción, es decir, a emitir sonidos imitando un búho, a mover los hombros al compás y en darle al acelerador también al compás. Pero era muy simpático, se podía hablar con él de todo. De política, por supuesto. Estaba entusiasmado. Según él, el Partido Patriota va a ganar seguro y el General Pérez Molina va a ser un buen presidente porque ya ha demostrado mucha valía al país. Yo soy bastante escéptica, tiempo al tiempo. Encontramos un cartel de la campaña política en la que sale él y la que va a ser la futura vicepresidenta de Don Luis, llamada Roxana Baldetti y conocida como "la dama de hierro". Alguien había pintado la zona de la cara de la señora Baldetti con pintura roja. El comentario de Don Luis fue: "Han querido quitarle el pintalabios a mi futura vicepresidenta para que no sea tan guapa, porque los demás diputados le tienen envidia". Qué grande.

En fin, que entre continuas bromas llegamos a Río Dulce, al embarcadero donde nos esperaba el "barquero" del hotel Isla Xalajá. Como él dijo, tardamos más en montarnos que en llegar al hotel, estaba a 1 minuto. Allí nos esperaban nuestros compañeros destinados a Hueuetenango. Se los veía absolutamente situados y adaptados: en bañador y con la carta del restaurante en la mano para elegir la cena. La zona de restaurante está justo "a la par" del río (más del tamaño de un lago).















De hecho, nos pasamos la velada combinando baños en el lago y bailes en la improvisada pista que se montó cuando apartamos las mesas. La dueña del hotel era la reina de la fiesta: vino a que le enseñáramos a bailar nuestra música y decía quién tenía que bailar dentro del círculo. Nosotros evidentemente nos comportamos, pero los que en teoría se quedaban al cargo del bar acabaron tan "bolos" que no sabían nada de lo que les preguntábamos. Y a la mañana siguiente, cuando aparecimos por allí a las 6:30h de la mañana para desayunar y pagar, no había señales de vida...

Nuestro tour por Río Dulce empezaba a las 7h de la mañana. Poco antes de que el barquito hiciera aparición, apareció el encargado de Isla Xalajá, colocándose la camisa dentro del pantalón... Después de pedirle que nos preparara la cuenta, le dije algo así como: "Aún no se ve nuestro barco en el horizonte". Cuál fue mi sorpresa cuando me dijo: "No, no creo que vaya a llover". Aquí se tenía que sumar la resaca al hecho que nunca entienden lo que les digo, porque sino ya no entiendo nada.

El encargado se equivocaba, porque durante el paseo en barco se puso a llover. Pero eso fue al final. Antes tuvimos una mañana espléndida en la cual recorrimos un río paradisíaco. Además nos atacaron los Piratas del Caribe. Las fotos hablan por sí solas.






















































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