domingo, 7 de agosto de 2011

"¿Se da cuen?"

El predicador que se montó en el bus que nos llevaría a Panajachel el viernes me marcó profundamente. Decía constantemente: "¿Se da cuen?". Cuenta es demasiado largo para un predicador, tiene muchas otras sílabas que decir. Algunas de sus brillantes aportaciones fueron: "Oramos por Álvaro Colón y por el próximo presidente / Cristo es el camino de la verdad y la vida / Rogamos por Sololá / Jóvenes, pórtense bien, recuerden que Dios los ama / Amigos extranjeros, Dios los bendiga". Pero lo que realmente nos sorprendió fue (1) que pidiera dinero por dar el sermón sin que nadie lo hubiera pedido y que la gente se lo diera y (2) que, mientras él llevaba a cabo su misión, docenas de vendedores ambulantes subieran al bus anunciando a viva voz lo que vendían: pizza, hamburguesas, chuchitos, helados, pasta de dientes, carteras, tijeras, maquinillas de afeitar, medicamentos mágicos que curan cosas tan dispares como "orinadera", úlcera y cáncer de ovarios.... Obviamente no se oía nada en ese momento.















El tema de la religión alternativa siguió el sábado en Santiago, uno de los pueblos del Lago Atitlán. Nos explicaron que había una especie de personaje religioso que se llama Maximón que se puede visitar. Unos cuantos del grupo de esadienses guatemaltecos decidimos ir a ver qué era eso. Rosa nos había avisado de que es una "cutrada"... Bien, se trata de una especie de figura de tamaño humano, vestida con el traje tradicional maya, que ponen cada año en una casa diferente del pueblo, a la que los devotos rezan, piden milagros, llevan a los niños a curar... Cuando entramos allí nos pareció surrealista, un cuento de Disney muy macabro... No tomé fotos, así que intentaré describirlo lo mejor posible: habían lucecitas de Navidad, sonaba "We wish you a merry Christmas" (villancico), habían banderitas y globos en el techo, una tumba con la estatua de la Virgen cubierta de flores de colores, un par de "chamanes", uno de los cuales rezaba a una especie de Virgen de Montserrat que estaba en una vitrina y el otro rezaba al Maximón... Todo en su idioma indígena. El guía me explicaba "en español" un montón de cosas, pero yo entendía aproximadamente 1 palabra de cada 10. Una de las cosas que dejó clara es que al Maximón le gustaba el aguardiente, que se lo bebía. No dábamos crédito a lo que oíamos. Pero llegó el momento esperado, el momento de la verdad: el momento que Maximón bebiera. Un chamán lo volcó hacia detrás, le quitó el puro que llevaba en la boca y le empezó a echar aguardiente al agujero que tiene por boca. Así claro que Maximón se lo bebe. Y luego los chamanes y los que estaban por allí se servían un vaso. Claro, así están tan inspirados y tienen tanta cuerda para rezar todo el día...

La tercera experiencia religiosa del fin de semana ha sido hoy en Xela. Los esadienses guatemaltecos que están en Hueuetenango han sido tan amables de hacer el camino largo para acompañarnos a casa y les hemos enseñado la catedral. Cuando nos hemos asomado a la puerta
había misa. Por unos segundos no te pones a escuchar el sermón, pero ha dado la casualidad que ha dicho la palabra "España". "A ver qué dice", he pensado... Ha dicho que "España está invadida por ateos, pierden el norte haciendo manifestaciones a favor de los gays y a favor del aborto, se piensan que son del primer mundo cuando hace muy poco que han salido de la
pobreza, el problema ha sido que el progreso se ha dado demasiado rápido y que las Jornadas Mundiales de la Juventud van a ser un bofetón para todo este sector (porque van a tener éxito, se entiende)...". En 30 segundos, el mismo cura que la semana pasada hablaba de la "multiplicación de los panes" hoy despotricaba contra España.

Pero lo más místico con diferencia del fin de semana ha sido la tranquilidad del Lago Atitlán. Se recomienda a todo aquel que pueda que vaya porque no tiene desperdicio. Y si puede ser en un barquito con un grupo genial de gente, mucho mejor.















































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